Los lentes de contacto pueden resultar molestos por diferentes razones. Una de ellas es la sequedad ocular, ya que algunos lentes no permiten una adecuada lubricación del ojo, lo cual puede generar incomodidad y sensación de arenilla.
Otra causa común de molestia es la acumulación de depósitos en los lentes. A lo largo del día, nuestros ojos segregan líquidos y sustancias que pueden adherirse a los lentes, formando una capa que causa irritación y molestias al usarlos.
Asimismo, un ajuste inadecuado de los lentes puede causar molestias. Si los lentes no se adaptan correctamente a la forma de tu ojo, pueden provocar roces o presiones incómodas, lo que resulta en una sensación constante de incomodidad.
Además, algunas personas pueden experimentar alergias o sensibilidad a los materiales de los lentes de contacto. Esto puede desencadenar reacciones alérgicas, como enrojecimiento, picazón o hinchazón, que generan molestias y malestar.
Es importante destacar que las molestias con los lentes de contacto no son normales y es fundamental buscar la asesoría de un especialista. Un profesional de la salud visual podrá evaluar tu situación particular y brindarte recomendaciones y soluciones adaptadas a tus necesidades.
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ME MOLESTAN LAS LENTILLAS, ¿QUÉ HAGO? — La E de Snellen
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5 errores AL USAR lentes de contacto 🚫👁👁
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